viernes, 18 de julio de 2008

causa



Imagen ilustrativa de la
dualidad onda-partícula,
en el cual se puede ver
cómo un mismo fenómeno
puede tener dos percepciones distintas.








Puede concebirse la realidad como un mundo de interacción causal, como un mundo causa-efecto donde los sucesos se pueden entender encadenados en cuanto sucesos, es decir, en cuanto sucesión por el principio de que para cada suceso hay un antecedente o complejo de antecedentes que lo causa. Pero que pueda concebirse como tal me permite sin embargo distinguir entre causación y causalidad... la causación es la afirmación de tal encadenamiento sucesivo de los sucesos pero solo en los términos de una determinación parcial del consecuente por los antecedentes que no quita a los sucesos una espontaneidad por la cual también son posibles... esto es, puedo entender que el complejo de antecedentes de un suceso, que no es otra cosa que su pasado, su estar determinado, solo enmarca, solo limita, neguentrópicamente, al suceso en cuestión, pero no lo crea, siendo el suceso irreductible a su causación por otros sucesos, conteniendo todo suceso un margen de novedad y espontaneidad que lo diferencia eternamente.

Por otro lado puedo concebir el encadenamiento de los sucesos como una causalidad donde el complejo de los antecedentes condiciona por completo la existencia del suceso dado de tal modo que este es mero producto o consecuencia de su antecesión, sin novedad alguna, sin indeterminación alguna, siendo por completo determinado... siendo por completo un desprendimiento de su propio pasado sin acto creador intrínseco.

Que existan dos modos posibles en que pueda suponerse el encadenamiento causal de los sucesos en el universo nos muestra al concepto de "causa" como un concepto nacido de la especulación ontológica y navegado por ella, es decir, como una creación del espíritu humano nacida de consideraciones experienciales intensamente intuitivas como, por ejemplo, la conexión decisión-acto manual que siempre experimentamos como una precedencia de la mente con respecto a la mano como si la decisión fuera la "causa" del acto manual.

El concepto de causa, pues, no es otra cosa que una categoría ontológica... y un concepto, asimismo, que fundamenta un modo de pensar la realidad, como lo dejó entrever Kant al elaborar su tabla categorial donde no se ausentó la "causalidad". Es Kant, por supuesto, el que nos exhibió lo siguiente al incluir la causalidad entre sus categorías del "entendimiento puro": que no nace el concepto de causa de una experiencia o un conjunto de experiencias contingentes como la experiencia de comer naranjas... sino que nace de algún tipo de experiencia universal y constante que afecta a todos los seres humanos y que hace universalmente comprensivo tal concepto... de donde el concepto de causa hace honor a su carácter ontológico ya señalado por Aristóteles... es un concepto que puede ser concebido como marco explicativo para cualquier experiencia humana, para toda experiencia humana posible. Aquí podría remitirme a una consideración sobre el papel que juegan las categorías en nuestra concepción de lo real pero alcanza con señalar que el concepto de "causa" es una invención humana aun cuando no sea una pura ficción... sino una ficción útil en el sentido de que nace de la experiencia genérica del ser humano, de una experiencia total y es aplicable, en virtud de ello, a la experiencia humana en su totalidad... con lo cual muestra su carácter al mismo tiempo científico-fáctico y su carácter especulativo-filosófico.

Cuando Hume se esforzó en señalarnos el carácter inventivo del concepto de causa al menos en lo que tiene que ver con la supuesta conexión causal entre sucesos acertó plenamente en ello mientras que Kant al tratar de rescatarlo como categoría ahistórica del entendimiento puro solo contribuyó a confusión pues no permitió repensar el origen del concepto de causa al repensar el carácter no meramente contingente de la experiencia humana... Es cierto que los seres humanos tienen experiencias contingentes que pueden o no pueden darse en el decurso de una vida humana particular como el sabor de las naranjas pero también es cierto que hay experiencias universales y constantes que afectan al ser humano en cuanto ser humano en toda época y para toda condición y que estas experiencias, en cuanto existen, no son universales solo por la permanencia estructural de la mente humana sino también por la permanencia estructural de todo el universo, incluyendo la permanencia estructural de nuestra mente en su rango particular de existencia.

De modo que los conceptos ontológicos, es decir, las categorías, que nacen de la intuición profunda de rasgos que afectan a toda experiencia humana en su posibilidad... se pueden entender como ontológicos y lógicos al mismo tiempo en cuanto nacidos del orden universal y del orden mental en su mutua conformidad lógico- ontológica y en su permanencia nada abstracta o a priori sino más bien entendible como la regularidad logico-ontológica de la realidad, del universo, del suceso total, regularidad que también imbrica al pensamiento pues este no podía ser un caso extraño sino más bien un ápice evolutivo del orden cósmico.

Todo lo anterior lo afirmo con vistas a considerar lo siguiente: que la relación causal no solo puede ser entendida como conexión ontológica entre sucesos sino también como conexión lógica entre juicios pudiendo decirse que en la elaboración de una conclusión las premisas y las leyes lógicas son sus causas. Esto no solo exhibe la utilidad universal del concepto de "causa" sino también, y de un modo claro, su carácter al mismo tiempo lógico y ontológico, ya que puede ser aplicado tanto a la explicación de lo que acontece independientemente de la mente como lo que acontece en la mente cuando esta se aboca al acontecer universal razonando, argumentando.

Ahora bien... ello no puede querer decir de ningún modo que toda explicación es un "dar la causa" o que los sucesos se "explican" unos a otros más que por un desplazamiento metafórico recíproco del concepto de explicación sobre el concepto de causa. En efecto... una vez que extendemos exitosamente mediante su poder metafórico universal el concepto de "causa" hasta hacerlo análogo en materia psicológica al concepto de "explicación" puede muy bien por retroacción metafórica aplicarse el concepto "explicación" como concepto ontológico concibiendo al universo como el explicarse de los sucesos unos por otros. Y lo que me hace sonreír del caso es que al fin y al cabo, puesto que "explicar" es una acción lingüística dada entre interlocutores y sólo metafóricamente una acción pensante... resulta que el concepto de explicación a través de combinados desplazamientos metafóricos ha viajado desde el explicar de Juan a Manuel el motivo por el cual no ha ido al cine al explicar un suceso por otro, es decir, resulta que un concepto de muy limitada aplicación ha sido dilatado hasta llegar a equivaler a una categoría de las mas prestigiosas, la categoría de "causa".

Al margen: afirmar que la ciencia solo describe y no explica en materia de gravitación, por ejemplo, me parece asunto "grave". Lo cierto es que la gravitación según Newton no es la gravitación según Einstein y la gravitación según Einstein probablemente no sea la GRAVITACIÓN... existe un fenómeno que puede ser descrito como lo hizo Galileo diciendo que los cuerpos caen de tal o cual manera... y luego, inevitablemente, la explicación newtoniana o einsteniana o la que sea... de dicho fenómeno. Por otra parte el carácter universal del fenómeno gravitatorio obliga inevitablemente no solo a explicar sino a especular puesto que se ha de elevar el pensamiento hacia la consideración de toda experiencia posible y por lo tanto, el pensamiento ha de valerse de categorías... no pudiendo desprenderse jamás el pensar la gravitación del pensar ontológico... El como definamos la gravitación por otro lado no es inocuo y no ha sido inocuo frente a nuestra propia definición y desenvolvimiento vital puesto que lo ontológico nunca deja de ser lógico (la investigación ontológica solo es posible desde la logicidad que atañe a toda investigación) y la forma de nuestra experiencia depende de la forma en que pensamos y la forma en que pensamos depende de la forma en que concebimos nuestra experiencia y de lo que experimentamos...

Saludos cordiales, Fernando

Prof. Fernando Gutiérrez
Facultad de Humanidades y
Ciencias de la Comunicación
arje@yahoogroups.com




Fig. 1: La función de onda de un electrón de un átomo de hidrógeno posee niveles de energía definidos y discretos denotados por un número cuántico n=1,2,3,... y valores definidos de momento angular caracterizados
por la notación: s, p, d,...
Las áreas brillantes en la figura corresponden a densidades de probabilidad elevadas de encontrar el electrón en dicha posición.

La mecánica cuántica rompe con cualquier paradigma de la física hasta ese momento, con ella se descubre que el mundo atómico no se comporta como esperaríamos. Los conceptos de incertidumbre, indeterminación o cuantización son introducidos por primera vez aquí. Además la mecánica cuántica es la teoría científica que ha proporcionado los datos más exactos hasta el momento, a pesar de su carácter probabilístico.

Las propiedades físicas de objetos con historias relacionadas pueden ser correlacionadas en una amplitud prohibida por cualquier teoría clásica, en una amplitud tal que sólo pueden ser descritos con precisión si nos referimos a ambos a la vez. Este fenómeno es llamado entrelazamiento cuántico y la desigualdad de Bell describe su diferencia con la correlación ordinaria. Las medidas de las violaciones de la desigualdad de Bell fueron de las mayores comprobaciones de la mecánica cuántica. [http://es.wikipedia.org/wiki/Cu%C3%A1ntica]

Véase también: http://www.geocities.com/fisica_que/
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