"La preocupación
por el hombre y su destino
debe ser siempre
el principal objetivo
de todo esfuerzo técnico.
No lo olviden nunca
entre sus diagramas
y ecuaciones."
Albert Einstein
Considerarse materialista en la medida en que se piensa y mucho en el dinero y las transacciones monetarias como fuente de felicidad no deja de ser bastante ilusorio puesto que el dinero es sutilmente simbólico, y por lo tanto, un producto claro de la más elaborada espiritualidad.
La felicidad, por otro lado resulta ser un ideal... un ideal inspirado en el deseo siempre existente de encontrar un plenum uterino donde el esfuerzo desaparezca y la satisfacción sustituya al desamparo de la libertad... la felicidad es el ideal fetal. Puede más bien considerarse materialista en esta epoca de despilfarro y hambre aquel que asume como material de su deseo todo lo que encuentra a su paso... material incluso a los demás seres humanos, material a la Tierra, material a la vida, material su propio cuerpo, su propia imagen, los seres con los que se relaciona...es decir materia para ser deshecha y rehecha mediante la soberbia de una manipulación sin límites puesta al servicio del consumir, del devorar, del engordar, del acumular poder, del gozar impunemente disminuyendo los costos... es decir, el mérito, las compensaciones, los cuidados... y claro está, del despilfarrar.
Por contrapartida vendría a ser espiritualista aquel que meramente pudiendo engordar, prefiere la frugalidad y hasta la generosidad.
- ¡Parece muy sencillo consagrarse a lo espiritual por contrapartida! -
En realidad lo espiritual no es otra cosa que lo humano, y la materia y los materiales son, en el fondo, no más que ideas engendradas por el espíritu, por la actividad pensante en torno a lo técnico, a lo práctico, a la intervención de las manos... es por este motivo, por ejemplo, que la ciencia moderna y actual puede seguir siendo considerada materialista... aunque no por completo dada las delicadas especulaciones a que se entregan soñadoramente los cosmólogos matemáticos como Einstein.
Con esto, simplemente digo que prefiero usar los términos materia, material, materialismo, espíritu, espiritualismo, con la soltura que se suele permitir alguien que gusta de especular.
¿O voy a ser un discípulo obediente de Oribe?
Saludos cordiales, Fernando
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